jueves, 6 de febrero de 2014

Estar alertas ante “los cuervos” internos que destruyen, exhorta Arzobispo argentino

Tomado de: http://www.aciprensa.com/


Una de las palomas atacadas por un cuervo en San Pedro (Captura Youtube)
BUENOS AIRES, 29 Ene. 14 / 03:29 pm (ACI).- El Arzobispo de Corrientes (Argentina) y amigo del Papa Francisco, Mons. Andrés Stanovnik, hizo una breve e interesante reflexión del episodio ocurrido hace unos días en la Plaza de San Pedro, luego de que las dos palomas que el Santo Padre soltara acompañado de dos niños, fueran atacadas por un cuervo y una gaviota.

Sobre el episodio de las palomas, Mons. Stanovnik dijo que “hay que poner atención al mensaje de esa alegoría porque refleja el mundo en el que vivimos (…) La propuesta del Papa es una propuesta de paz y, al mismo tiempo, una alerta para no dejarnos tentar por 'los cuervos' que llevamos adentro y que destruyen nuestros vínculos con los demás”.

Estos vínculos o ámbitos que son asediados por estos “cuervos” internos, comienzan “por el mundo más cercano y cotidiano que es la pareja, la familia, los vecinos, la comunidad y desde allí la sociedad en la que vivimos”.

El Prelado, que es amigo del Papa desde hace muchos años –concretamente desde que ambos estaban en el Colegio Máximo de San José en San Miguel– concedió una entrevista al diario El Litoral, en la que compartió la experiencia de haber encontrado al Pontífice en Roma.

En ella resaltó que “necesitamos reencontrarnos con Jesús y volver a entusiasmarnos con su persona, como alguien que está vivo y actúa si uno lo deja actuar. (…) De esta experiencia nace la cultura del encuentro, porque abre al encuentro con el otro. El amor de Dios, que es real y cuando es auténtico, se expresa necesariamente hacia el otro”.

“Si esa cultura es real y verdadera, se abre e incluye a todos, y es especialmente sensible hacia las personas que están al margen. Ahí tenemos las periferias geográficas y existenciales. Es necesario abrir los ojos porque esa 'periferia' puede estar geográficamente muy cerca, en las personas con las que convivo diariamente”.

Mons. Stanovnik recordó luego que el Papa Francisco, “desde muy joven, dedicó mucho tiempo a cultivar la amistad con Jesús. A nosotros, que teníamos 19 años y él pasados los 30, en su función de profesor y tutor en el Colegio Máximo donde estudiábamos, nos impresionaba su capacidad de discernimiento y su vida de oración, y su visión espiritual de las personas, de las cosas y de los acontecimientos”.

“Esa visión, nos damos cuenta ahora, la fue cultivando en esa temprana amistad con Jesús, él se dejó moldear por esa amistad. El Espíritu Santo, por el bautismo, es el que trabaja en nosotros si dejamos que lo haga. Jesús acompaña a cada uno desde su propia situación. A cada uno, si colabora con su gracia, le da fortaleza para cumplir con su misión”.

El Arzobispo de Corrientes precisó además que “eso sucede en la vida del Papa pero también en la vida del casado, si se abre a la gracia; como asimismo en la vida del funcionario público, si se abre a esa acción transformadora, tendrá la capacidad y la fuerza para actuar en coherencia con la misión de servir al bien de la gente y no de su intereses particulares”.

Para leer la entrevista completa, ingrese a: http://www.aica.org/10419-mons-stanovnik-el-papa-nos-pide-reencontrarnos-con-jesus.html

lunes, 6 de enero de 2014

Cristo envió a la Iglesia a comunicar la caridad y la paz de Dios a todos los pueblos, reitera el Papa y recuerda a las Iglesias de Oriente y a las comunidades cristianas en la prueba

Artículo tamado de: http://www.news.va/es/news/

2014-01-06 Radio Vaticana

(RV).- Pidamos la alegría de evangelizar y que los corazones se abran para recibir el anuncio cristiano. «Me gustaría decir a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que son temerosos o a los indiferentes: ¡El Señor también te llama a ser parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor!» (EG 113). «¡Que María nos ayude a ser discípulos y misioneros, pequeñas estrellas que reflejan su luz!» dijo el Papa Francisco, introduciendo el rezo a la Madre de Dios, en la solemnidad de la Epifanía, manifestación del Señor. Tras destacar, el magnífico comentario que su amado predecesor Benedicto XVI, presenta en su libro sobre la infancia de Jesús, sobre la llegada de los magos de Oriente a Belén, el Obispo de Roma hizo hincapié en que «la Epifanía pone de relieve la apertura universal de la salvación traída por Jesús». Subrayando el movimiento de «recíproca atracción», de parte de Dios, que tiene siempre la iniciativa: su amor por nosotros, que somos sus hijos, por lo que «nos quiere liberar del mal, de las enfermedades de la muerte y llevarnos a su casa, a su Reino», el Papa Bergoglio se refirió también a nuestro anhelo de bien, verdad, vida felicidad, belleza. El punto de encuentro es Jesús. Él es la Epifanía, la manifestación del amor de Dios. Y la «Iglesia está toda en este movimiento de Dios hacia el mundo: su alegría es Evangelio». Después del rezo mariano, el Sucesor de Pedro expresó sus cordiales parabienes de Navidad a las Iglesias Orientales, recordando en particular a las comunidades cristianas en la prueba.Asimismo, señalando que la Epifanía es la Jornada Misionera de los niños, impulsada por la Pontificia Obra de la Santa Infancia, el Papa agradeció y bendijo a los chicos y chicas por su colaboración en la misión de la Iglesia, gracias a sus oraciones y su compromiso.
(CdM - RV)

jueves, 26 de diciembre de 2013

Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman en aurora de vida nueva

Artículo tomado de: http://www.news.va/es/news/

2013-12-26 Radio Vaticana

(RV).- En un día gris y lluvioso, el Santo Padre Francisco rezó la oración mariana del Ángelus con los miles de fieles y peregrinos que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro en la memoria litúrgica del primer mártir, san Esteban.
El Papa explicó ante todo que la liturgia prolonga la Solemnidad de la Navidad durante ocho días con un tiempo “de alegría para todo el Pueblo de Dios. Y dijo que en este segundo día de la octava se coloca la fiesta del primer mártir de la Iglesia, a quien el libro de los Hechos de los Apóstoles presenta como a un hombre “lleno de fe y del Espíritu Santo” que había sido elegido, junto a otros seis, para el servicio a las viudas y a los pobres en la primera comunidad de Jerusalén.
Al recordar su martirio, Francisco afirmó que Esteban murió como Jesús, pidiendo el perdón por sus asesinos. Y añadió que en el clima gozoso de la Navidad, esta conmemoración podría parecer fuera de lugar, puesto que la Navidad es la fiesta de la vida que nos infunde sentimientos de serenidad y de paz.
¿Por qué turbar entonces este encanto con el recuerdo de una violencia tan atroz?, se preguntó el Pontífice. En realidad, explicó, desde el punto de vista de la fe, la fiesta de San Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad; porque en el martirio, la violencia es vencida por el amor, la muerte es vencida por la vida.
Tras reafirmar que la Iglesia ve en el sacrificio de los mártires su “nacimiento en el cielo”, el Santo Padre dijo que celebramos entonces la “navidad” de Esteban, que brota profundamente de la Navidad de Cristo. Porque Jesús transforma la muerte de cuantos lo aman “¡en aurora de vida nueva! A la vez que en el martirio de Esteban se reproduce la misma lucha entre el bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia, que tuvo su culmen en la Cruz de Cristo. Por esta razón, prosiguió, la memoria del primer mártir “disuelve una falsa imagen de la Navidad: ¡la imagen fantástica y empalagosa, que en el Evangelio no existe”! De ahí que la liturgia nos conduce al sentido auténtico de la Encarnación, relacionando Belén con el Calvario y recordándonos que la salvación divina implica la lucha contra el pecado y pasa a través de la puerta estrecha de la Cruz.
Se trata, insistió el Papa, del camino que Jesús indicó claramente a sus discípulos, puesto que quien persevera hasta el fin, será salvado, como afirma el Evangelio. Por esta razón, rezamos de modo particular por los cristianos que padecen discriminaciones a causa del testimonio hecho a Cristo y al Evangelio. De ahí la invitación de Francisco de estar cercanos a estos hermanos y hermanas nuestros que, como San Esteban, son acusados injustamente y hechos objeto de violencias de todo tipo.
El Papa Francisco también dijo que esto sucede especialmente “donde la libertad religiosa aún no está garantiza o no ha sido plenamente realizada”. Sin embargo, añadió, sucede también en países y ambientes en los que se tutelan la libertad y los derechos humanos, pero donde, de hecho, los creyentes, y, especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discriminaciones. Lo cual no asombra a los cristianos, porque Jesús lo preanunció como ocasión propicia para dar testimonio. Mientras en el ámbito civil, “la injusticia debe ser denunciada y eliminada”.
El Santo Padre concluyó pidiendo a María, Reina de los Mártires, que nos ayude a vivir la Navidad con ese ardor de fe y de amor que brilla en San Esteban y en todos los mártires de la Iglesia.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

martes, 10 de diciembre de 2013

Mensaje de Papa Francisco para Una Sola Familia Humana, Alimentos para todos

Cáritas Internacional lanza la primera campaña mundial contra el hambre con un video mensaje grabado por el mismo Papa Francisco.


“Hoy estoy feliz de anunciarles la ‘Campaña contra el hambre en el mundo’, lanzada por nuestra Caritas Internationalis y comunicarles que es mi intención darle todo mi apoyo”, expresa el Obispo de Roma, afirmando que la labor de esta institución “es el corazón de la misión de la Iglesia y su atención hacia todos aquellos que sufren por ese escándalo del hambre, con el que el Señor se identificó cuando dijo: ‘Tuve hambre y me diste de comer’.”El sucesor de Pedro explica que ante mil millones de personas que todavía sufren hambre hoy “no podemos mirar a otra parte, fingiendo que el problema no exista. Los alimentos que hay a disposición hoy en el mundo bastarían para quitar el hambre a todos”.
El Vicario de Cristo invita a todas las instituciones del mundo, a toda la Iglesia y a cada unos de nosotros mismos, como una sola familia humana “a dar voz a todas las personas que sufren silenciosamente el hambre, para que esta voz se convierta en un rugido capaz de sacudir al mundo”, en el mismo mensaje que finaliza exhortando: “Roguemos al Señor para que nos conceda la gracia de ver un mundo en el que nadie deba morir de hambre”.El Cardenal Rodríguez Maradiaga, presidente de la institución, en una carta a los obispos responsables de Caritas en el mundo, anima a todas las personas y naciones a poner mayor atención al hambre, evitando el despilfarro y desperdicio de alimentos, incrementando la utilización de la tierra para la producción de alimentos y apoyando a las mujeres agricultoras, entre otras cosas.
Michel Roy, secretario general de la institución, afirma: “El hambre es una catástrofe de magnitud mundial. Más de 842 millones de personas ven esfumarse su salud, oportunidades y vida y a sus hijos sufrir por algo que no debería existir nunca. Hay alimentos suficientes en el mundo para todos y para llevar una vida digna. Tenemos que unir nuestros esfuerzos para asegurar ‘alimentos para todos’. Juntos podemos lograrlo”.Tras el lanzamiento, con el mensaje de Papa Francisco, la “ola de oraciones” inicia a las 12 de la noche en la Isla de Samoa, en el Pacífico y continúa progresivamente en todos los continentes, con todas las organizaciones de Caritas y las personas de buena voluntad.

jesuita Guillermo Ortiz- RV

viernes, 29 de noviembre de 2013

La fe no es un hecho privado. Homilía del Papa en Santa Marta

Artículo tomado de: http://www.news.va/


2013-11-28 Radio Vaticana
(RV).- (Con audio)  Hay “poderes mundanos” que querrían que la religión fuera “una cosa privada”. Pero a Dios, que ha vencido el mundo, se lo adora hasta el final “con confianza y fidelidad”. Es el pensamiento que el Papa Francisco ofreció esta mañana durante la homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Los cristianos que hoy son perseguidos – dijo – son el signo de la prueba que anuncia la victoria final de Jesús.
En la lucha final entre Dios y el Mal, que la liturgia propone al final del año, hay una gran insidia, que el Papa llama “la tentación universal”. La tentación de ceder a los halagos de quien quisiera salirse con la suya sobre Dios. Pero precisamente quien cree, tiene un punto de referencia límpido hacia el cual mirar. Es la historia de Jesús, con las pruebas que padeció en el desierto y después las “tantas” soportadas en su vida pública, sazonadas con “insultos” y “calumnias”, hasta la afrenta extrema, la Cruz, pero donde el príncipe del mundo pierde su batalla ante la Resurrección del Príncipe de la paz. El Papa Francisco indicó estos pasajes de la vida de Cristo porque en el trastorno final del mundo, descrito en el Evangelio, la puesta en juego es más alta que el drama representado por las calamidades naturales:
“Cuando Jesús habla de estas calamidades en otro pasaje nos dice que se producirá una profanación del templo, una profanación de la fe, del pueblo: que se producirá la abominación, se producirá la desolación de la abominación. ¿Qué significa eso? Será como el triunfo del príncipe de este mundo: la derrota de Dios. Parece que él, en aquel momento final de calamidades, parece que se adueñará de este mundo, será el amo del mundo”.
He aquí el corazón de la “prueba final”: la profanación de la fe. Que, entre otras cosas, es muy evidente – observó Francisco – dado lo que padece el profeta Daniel, en el relato de la primera lectura: echado en la fosa de los leones por haber adorado a Dios en lugar de al rey. Por tanto, “la desolación de la abominación” – reafirmó el Papa – tiene un nombre preciso, “la prohibición de adoración”:
“No se puede hablar de religión, es una cosa privada, ¿no? De esto públicamente no se habla. Se quitan los signos religiosos. Se debe obedecer a las órdenes que vienen de los poderes mundanos. Se pueden hacer tantas cosas, cosas bellas, pero no adorar a Dios. Prohibición de adoración. Éste es el centro de este fin. Y cuando llegue a la plenitud – al ‘kairós’ de esta actitud pagana, cuando se cumpla este tiempo – entonces sí, vendrá Él: ‘Y verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y gloria’. Los cristianos que sufren tiempos de persecución, tiempos de prohibición de adoración son una profecía de lo que nos sucederá a todos”.
Y sin embargo, concluyó el Papa Francisco, en el momento en el que los “tiempos de los paganos se habrán cumplido” será el momento de levantar la cabeza, porque estrá “cerca” la “victoria de Jesucristo”:
“No tengamos miedo, sólo Él nos pide fidelidad y paciencia. Fidelidad como Daniel, que ha sido fiel a su Dios y ha adorado a Dios hasta el final. Y paciencia, porque los cabellos de nuestra cabeza no caerán. Así lo ha prometido el Señor. Esta semana nos hará bien pensar en esta apostasía general, que se llama prohibición de adoración y preguntarnos: ‘¿Yo adoro al Señor? ¿Yo adoro a Jesucristo, el Señor? ¿O un poco a medias, hago el juego del príncipe de este mundo?’. Adorar hasta el final, con confianza y fidelidad: ésta es la gracia que debemos pedir esta semana”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La cultura del imprevisto nos corta la vida en pedazos

Artículo tomado de:
 
2013-11-02 Radio Vaticana
 
(RV).- (Con audio) “Muchas veces la vida es fatigosa, muchas veces trágica”, pero los esposos cristianos no “son ingenuos, conocen los problemas y los peligros de la vida” y no tienen “miedo de asumir su responsabilidad” abrazando el sacramento que no es una simple “decoración”.
Con estas palabras el Papa Francisco, el sábado 26 de octubre, saludó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro llegados a la Ciudad del Vaticano con motivo de la peregrinación de las familias en el marco del Año de la fe. A los más de 150 mil presentes, adultos, ancianos, niños, abuelos y bisnietos, de 75 países, el Pontífice les dijo que en la vida lo que pesa de más es la falta de amor. En un mundo donde la ‘Cultura de lo provisional” “corta la vida a pedazos”, el Sucesor de Pedro pidió que tengamos coraje y apoyemos nuestra existencia en la alegría de Cristo, que no nos abandona en la pruebas ni en las dificultades.
La gracia que encontramos en el Sacramento del Matrimonio, dijo, no es “para decorar la vida”, sino para “hacerse fuerte en la vida, para tener coraje, para poder andar hacia delante”, juntos. De aquí un consejo práctico para llevar la familia adelante, tres palabras en particular: permiso, gracias y perdón. Sobre esto recordó el Papa: “los abuelos son la grandeza de la familia”, es posible superar los defectos, las pruebas, sabiéndose perdonar y buscando siempre el ‘no terminar la jornada sin hacer las paces”.
“Si falta el amor de Dios, también la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos, y se apaga la alegría”. Ante una plaza de Pan Pedro abarrotada de familias de todo el mundo en el marco del Año de la fe, el Papa Francisco celebró la Santa Misa el pasado domingo 27 de octubre en cuya homilía reafirmó que “la familia es levadura para la sociedad”.
“La verdadera alegría que se saborea en la familia no es algo superficial – aclaró el Pontífice – no proviene de las cosas, de las circunstancias favorables”, y “da una armonía profunda entre las personas, que nos hace sentir la belleza de sostenernos recíprocamente en el camino de la vida”. Hoy las familias están llamadas a irradiar la fe recibida, no a guardarla como “un bien privado, como una cuenta en el banco”, con los ritmos frenéticos de la sociedad contemporánea, pensando en cumplir una “carrera de la fe”.
Antes de rezar la “oración a la santa familia” por las familias del mundo, el Obispo de Roma subrayó la importancia de la oración, no “aquella del fariseo vuelta pesada por el lastre de la vanidad”, sino aquella del publicano, “la oración del pobre, agradable a Dios”. Para rezar en familia, se requiere sencillez: “rezar juntos el Padre nuestro, alrededor de la mesa, rezar juntos el Rosario, rezar el uno por el otro”.
Todos experimentamos dudas en el camino de la fe, dijo el Papa Francisco en su catequesis de la audiencia general del miércoles 30 de octubre, en que se refirió a la “comunión de los santos” e invitó a proceder en el camino de la fe con alegría, a pesar de las inseguridades.
Producción de María Fernanda Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)
El espacio “El Papa en la semana”, se transmite los sábados en las emisiones informativas de las 17,30; 01,45 y 03,20 UTC.
2 de noviembre

viernes, 1 de noviembre de 2013

El Papa: «Dios nos lleva de la mano al Cielo, como un papá»

 Articulo tomado de: http://vaticaninsider.lastampa.it/es/vaticano/

11/ 1/2013

Francisco vuelve al Cementerio monumental de Roma a veinte años de la última visita de Wojtyla: «Hoy cada uno de nosotros puede pensar en el ocaso de su vida... ¿Lo veo con esperanza, con la alegría de ser recibido por el Señor?»

ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO


A 20 años de la última visita de un Papa al Cementerio monumental del Verano, en Roma, Papa Francisco celebró esta tarde una misa en la Solemnidad de Todos los Santos, y rezó por los difuntos bendiciendo las tumbas del cementerio de la capital italiana.

Fracnisco dejó a un lado el texto escrito que había preparado para la ocasión y comentó el pasaje del Apocalipsis de la Primera Lectura: «Recojámonos aquí y pensemos en nuestro futuro –dijo–, pensemos en todos los que nos han precedido en la vida y que están en el Señor... es tan hermosa la visión del cielo que escuchamos en la Primera Lectura. La belleza, la bondad, la ternura, el amor pleno, lo que nos espera y los que nos han precedido y murieron en el Señor están allá, y proclaman que fueron salvados no por sus obras (hicieron obras buenas), sino por el Señor».

«La salvación pertenece a nuestro Dios –añadió el Papa– y es Él el que nos salva, es Él el que nos lleva, como un papá, de la mano, al final de nuestra vida, justamente hacia aquel cielo en donde están nuestros ancestros». ¿Quiénes son estos «justos vestidos de blanco, estos santos que están en el cielo?». Sobre todo, explicó Francisco, «los santos son personas que pertenecen completamente a Dios», que fueron lavados en la «sangre del Cordero».

«Solamente gracias a la sangre de Cristo podemos entrar en el cielo, y si hoy recordamos a estos nuestros hermanos y hermamas es porque fueron limpiados por la sangre de Cristo. Esta es nuestra esperanza, una esperanza que no desilusiona. Si seguimos en la vida al Señor, Él nunca nos desilusiona». Y lo que seremos, añadió el Pontífice, «todavía no ha sido revelado; cuando Él se haya manifestado, seremos semejantes a Él. Ver a Dios, ser semejantes a Dios, esta es nuestra esperanza. En el día de los santos y antes del día de los muertos, es necesario pensar un poco en la esperanza, esta esperanza que nos acompaña en la vida».

Francisco también recordó que «los primeros cristianos pintaban la esperanza como un ancla. Y todos nosotros estamos en la orilla, sosteniendo la cuerda del ancla. Tener el corazón anclado allá en donde están los nuestros, nuestros ancestros, en donde está Jesús: esta esperanza es la esperanza que no desilusiona. Hoy y mañana son días de esperanza. La esperanza es un poco como la levadura, que hace que se expanda el alma».

«Hay momentos difíciles en la vida –dijo Bergoglio–, pero con la esperanza el alma sale adelante y dirige la mirada hacia lo que la espera. Hoy es un día de esperanza. Nuestros hermanos y hermanas están ante la presencia de Dios. También nosotros estaremos ahí por pura gracia del Señor si caminamos por el camino de Jesús. La esperanza purifica, nos hace más ligeros, nos hace más veloces...».

«En este pre-ocaso de hoy –añadió Francisco–, cada uno de nosotros puede pensar en el ocaso de su vida... cuando llegue mi ocaso, el tuyo... Todos tendremos un ocaso. ¿Lo veo con esperanza, con la alegría de ser recibido por el Señor? Esto es cristiano y nos da paz. Hoy es un día de alegría, una alegría serena, tranquila, que da paz. Pensemos en el ocaso de todos los hermanos que nos han precedido, pensemos en nuestro ocaso y pensemos en nuestro corazón. Y preguntémonos: ¿en dónde está anclado nuestro corazón? Si no está bien anclado, anclémoslo en aquella orilla conscientes de que la esperanza no nos desilusiona, porque el Señor Jesús no desilusiona».

Antes de la bendición, el Papa dijo: «Quisiera rezar de manera especial por nuestros hermanos que en estos días murieron mientras buscaban una liberación, hacia una vida digna». «Hemos visto las fotografías, hemos visto la crueldad del desierto. Y vimos también el mar en el que muchos se han ahogado». «Recemos –continuó– también por los que han sido salvados y que ahora están amontonados esperando que las prácticas se puedan resolver para ir a otros centros de acogida más cómodos».

Con el Papa concelebraron el cardenal Vicario Agostino Vallini, el viceregente Filippo Iannone, los obispos auxiliares de Roma y el párroco de la Basílica de San Lorenzo Extramuros. AL final de la Misa, Francisco rezó por los difuntos y bendijo las tumbas.

El Pontífice, a su llegada, fue recibido en la entrada principal del cementerio por el alcalde de Roma, Ignazio Marino.